No dudo que este artículo contenga algunos puntos válidos, pero si es así, hace un trabajo muy pobre para defenderlos. Es evidente que la autora simplemente copió y pegó un poco de datos y frases de aquí y de allá, con un resultado totalmente contradictorio. Solo dos ejemplos: Dice que el 85% de 30 millones de tons que se consumen es producido por pequeños campesinos (Mexicanos se sobreentiende), serían 25.5 millones de tons. Pero solo se producen 23 millones de tons en México, entre pequeños y grandes, como afirman ellos mismos en la gráfica. ¿A donde va, según Daniela Barragan, la producción de los grandes y la diferencia de 1.5 millones de toneladas? ¿Cree que la exportamos? No, al contrario, no exportamos casi nada de maíz e importamos algo así como un tercio del consumo. En otra parte, cita a Victor Suarez que al parecer dijo que los productores pequeños tienen menores costos (y mejor calidad) que los grandes pero no son competitivos. ¿Que qué? ¿Si tengo menores costos que mi competencia, no soy más competitivo? Finalmente, en el artículo fustigan a empresas como Maseca, Minsa y Cargill. Sí hay un problema ya que estas empresas en ocasiones pagan las cosechas muchas semanas después de recibirlas. Sin embargo, ¿cuál es la alternativa que plantean estos señores? ¿El coyotaje? Espero que no. ¿Regresar a Diconsa? Tampoco creo, ni lo deseo, ya que si hay alguien que ha logrado pagar todavía más tarde (hasta al año, en ocasiones) que todas las multinacionales, son ellos! Me quedo pensando que si alguien descuida tanto los hechos y las estadísticas que podría verificar, ¿qué tan sólidas serán sus opiniones o sobre las que reporta? Me parece que desafortunadamene es solo un artículo más que echa aceite al fuego político sin contribuir en lo más mínimo a un diálogo fundado y asertivo sobre los problemas y posibles soluciones.
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